lunes, 18 de agosto de 2008

LA ANIMALADA



LA ANIMALADA
Todo un zoológico
de diversa fauna
enseña su colmillo
y extiende su garra
a toda una humanidad
desheredada
que come su triste sopa de telaraña
viendo la caja tonta que ni es caja
ni es tonta.
Es ilusión lejana
que se esconde en el engaño del mundo.
Es escaparate de maniquíes de ficción y oropel
que visten su traje de poliéster
en el vacío del sueño.
Es quimera de alcohol
que se evapora fermentando belleza en los anaqueles.
Los buitres negros presumen
de la soberbia de la cazuela,
las hienas lloran
su noche oscura a la luz de las velas,
los leones custodian las patrias
del miedo,
y las aguilas son simbología
inexacta de una libertad
en el subsuelo y el sótano.
Las mortajas son jerarquías
del perro que aulla
de hambre,
en los cielos los zopilotes
se arrancan del pico
la limosna incesante
de los basureros del mundo.
Una estampida de caballos
salvajes buscan una sed
relinchando a muerte bajo los vencejos.
Los gorriones lamentan
el día gris en que nacieron,
los fantasmas son la carroña
que abren la quijada hambrienta del mundo,
los gatos son misterios
del oro en el valioso tiempo
que lloran como recién nacidos
bajo el calor de los motores de coche.
Los mofetas se esconden en los camiones
y huyen de la luz de las linternas,
los pingüinos son navegantes
clandestinos de la vida
que navegan en la volteleta del agua salada
que pesa más que el agua dulce.
Los monos y los gorilas
herederán la tierra
por que son el futuro del mundo
y el ayer es mañana.
Los lagartos quieren ser cocodrilos
y lloran lagrimeando pura sal
que es la única esperanza
que el río anhela.
El rinoceronte y el hipopótamo
son grises historias
que pasan de tribu a tribu
y de generación a generación
por que es la luz de sus ojos el secreto del viento.
Los mochuelos ya no son primos
del búho,
los lobos desprecian la dentellada
del perro,
los buenos corderos patean a la oveja negra,
y las gallinas prefieren pollo sumiso
antes que gallo que las domine.
Las ranas amarillas son bestias del mundo
del insecto y el parásito hecho satélite,
y los sapos azules son ángeles
del inmundo aspecto,
los loros y las cotorras
han hecho colonia en las ciudades de Europa,
y los jabalíes son almas cándidas
que no huyen del alba.
Las grises monotonías de cemento
reparten relojes-calculadora
los días primeros de cada mayo,
y los elefantes blancos levantan su trompa
en los cementerios del mundo.
Las esferas de humo son monedas
falsas con que pagar el confort,
y las panteras albinas y los osos del invierno
se comen la perla
que esconde
la mezquindad de la hormiga.
Ya no hay necesidad de armas
pues las armas necesarias
tienen su origen en la cuchara y el tenedor.
Delfines borrachos de océano ungido en chapapote
comen chanquetes repletos
de divinidad nociva.
Las llamas no llaman
a la gratitud princesa,
la llaman prostituta
que para vacía en la desnudez de la esquina.
Colibríes son heraldos de muerte en la carcajada
y amigos del desorden mental que descompone
al niño.
Las grandes verdades
están repletas de pequeñas mentiras
y los coyotes se ríen de las solemnes fronteras,
el condór es ave que exige un azul en el cielo,
y las ratas grises de la ciudad
sin nombre
son los testigos de la injusticia ciega
que a todo hombre toca caprichosa.
Las ardillas rojas
le buscan el rastro
a los monederos
y los pirañas en tropel
le hurgan en los bolsillos a los enfermos del alma.
Las miradas son lobos
que buscan carnaza,
los besos son garrapatas
que buscan un oportunismo granate abrazado al te quiero,
los ratones son la bombilla de la ciencia
y el único tesoro y fuente de las maravillas.
Hay mundos que no conocen mundos.
Hay verdades que no conocen verdad.
Las ladillas son honra
que llevarse a los labios,
y los gallos duermen la batalla del ácaro
y no cantan en la primera luz del amanecer.
Los cerdos cotizan en bolsa
y el conejo es un asesino
en la angustiada ley del silencio.
La cárcel del mundo
es el mañana.
La oportunidad es un fracaso.
La mentira es diario
del hoy y del pasado-mañana,
y el ocaso es un sueño que pinta lejano.
Los ratones de biblioteca
han perdido la esperanza
de cambiar el mundo,
y las mulas son mujeres
que nacen marchitas de paz y de amor,
los asnos son banderas de burla y bombas trampa
y los pájaros
son un manojo de ilusiones que escapan
del sueño.
Tanta animalada se comete
entre tanto raciocinio...
tanta barbaridad entre tanto animal...
tanta inmundicia que avarician
los mosquitos
que ya no se unen
en la quimera de sangre
que los vivos y los muertos tenían.
Las jirafas no llegan al alto final
del mes en su sombra,
las moscas verdes no creen en la mierda,
las luciérnagas se extinguieron
en los oscuros pesares que la naturaleza creó,
y los escorpiones andan a espalda cubierta.
Los zorros se creen que la noche está loca
y las avispas son monedas
que meter entre los dedos.
La comadreja es hermana del cuco
y ellos son artesanos negros del esqueleto
que se llevan las hurracas a sus nidos brillantes
donde esconden austeras la avaricia del siglo XXI.
El puma y el otorongo
se han hecho antropófagos
y ahora el puma y el otorongo
si comen puma y otorongo.
¿Toda esta fauna existe en el mundo?
¿qué cielo gris del alba se vuela?
¿qué estorbo tan grande es un diminuto
problema?
¿qué aliento de Dios
se nos vuelve a pegarnos?
¿qué traición existe a la vuelta de la esquina?
¿qué confianza ciega
nos ataca por la espalda?
Así es la naturaleza, amigo,
la pureza se corrompe
y lo impuro se hace luz.
Así es la mutación del hombre
pues se vuelve animal
de tanto imitarlo.
Nos imitan los perros,
nos imita el papagayo,
nos imita la muerte,
nos imita la vida,
y todos nosotros imitamos
la inocencia,
todos nosotros imitamos
a lo salvaje.
Así es la ley de la selva,
así es cómo sobrevive el más fuerte.
Así es cómo sirven la vida cruda,
así es cómo el hombre
es jardinero de muerte.
Así es cómo se vive entre muerte.
Así es cómo todo es ley de vida.
Así es cómo se esculpe un mundo en locura.
Por Cecilio Olivero Muñoz

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